La profesión de conductor de camión no resulta atractiva para muchos jóvenes debido a diversos factores. La difícil conciliación familiar, los largos periodos fuera de casa, las situaciones de riesgo y las condiciones laborales, económicas y sociales desfavorables son algunos de los motivos que desalientan a los aspirantes. Además, el alto coste de la formación necesaria para ingresar al sector del transporte representa una importante barrera para la incorporación de nuevos talentos.

Para trabajar como conductor profesional de camión se requiere el carnet C de conducir, el Certificado de Aptitud Profesional (CAP) y, en caso de transportar mercancía peligrosa, el carnet ADR. Estos requisitos conllevan un considerable desembolso económico para los aspirantes, ya que el costo de la formación es significativo. Por ejemplo, obtener el carnet C implica tasas de casi 95 euros más el costo del curso de preparación, que oscila entre los 350 y los 1.000 euros, aproximadamente.

Además, el CAP inicial para el transporte de mercancías requiere superar pruebas teóricas y prácticas, así como completar un curso que tiene un costo medio de unos 1.250 euros. Sumado al carnet C, el costo total de esta formación puede superar los 1.400 o 1.500 euros. Por último, obtener el carnet ADR como autorización para transportar mercancías peligrosas implica realizar cursos adicionales con sus respectivas tasas, lo que aumenta aún más el gasto total.

Considerando todos estos aspectos, acceder a la profesión de conductor profesional de camión implica un desembolso económico significativo que supera los 2.000 euros en muchos casos. Esta realidad representa un obstáculo importante para aquellos que desean ingresar al sector del transporte, especialmente para aquellos con recursos económicos limitados.